El invierno es atroz.
Se necesita tener cerca unas piernas fuertes que apretujen.
Las heladas son imprevistas.
Es imprescindible encontrar brazos que acovachen.
La lluvia es inhumana. Se requieren susurros tibios al oido que revivan.
El viento es muy cruel.
Son necesarias las miradas encendidas.
El frío es antihormonal.
Es indispensable tener una estufa humana,
que caliente cuerpo y alma.