Yo te quiero a pesar de mis no, de lo incierto y de lo siniestro.
Te quiero porque no quererte ya no es posible y soy realista:
Te quiero.
Y me sale fácil, como dos más dos, cómo sonreír a un niño,
como tararear una canción mientras camino.
Es un querer noble y bueno,
como un mate calentito en una mañana fría.
Es un " te quiero" que no retiene, pero es certeza:
Te quiero.
Y vale la pena, pero más vale la alegría.