- Tener siempre a mano, un buen lápiz de labio que resalte coloridamente la boca, y que disimule las grietas. También un delineador, que de forma simétrica. Nada de labios personalizados.
- El mejor amigo de la mujer debe ser el corrector: Corrige las ojeras que dejan las noches de insomnio. Tapa las marcas. Oculta las lineas de expresión, esas malditas que se obstinan en mostrarles a todos cuanto hemos sonreido, o llorado.
- Para los pómulos, nada mejor que una base que perfeccione la mezcla de tonalidades que va dejando la exposición a la vida. Emparejamos minusiosamente asi logramos, casi, una piel de porcelana.
- Se aconseja arquearse las pestañas tanto como sea necesario y usar mucho rimel. Es valorada la mujer que las lleva erguidas, y que pestañea incansablemente para hacerlas lucir. Incluso aunque esto provoque que no pueda ver más allá de lo negro de sus párpados.
- Fundamental el delineador. Lo más negro que se pueda. Que oscurezca la mirada, que le de intensidad, profundidad. Frialdad, lejanía. Una mujer misteriosa no expone.
Recuerda: Las emociones no son amigas de un buen maquillaje.
Asi que para verte bien, es indispensable que no sientas, ni te expreses.
No sea cosa que una lágrima, o gesto... arruine tan bella y perfecta imagen.