Quiero un amor, pero no de verano.
Necesito un amor de invierno, que cuando hace frío y se me congelen los pies quiera calentarlos.
Un amor de invierno que prepare comidas llenas de proteínas, carbohidratos y amor. Un guiso completo, con todo y amor, que de fuerzas y renueve las ganas.
Un amor de invierno bien entendido no le tiene miedo a los temporales, es más, se prepara para ellos llenando la alacena de cosas que parecen inútiles: muchas latas de arvejas, lentejas, cantidad de silencios y mucho de escucha. Porque el amor de invierno sabe que la tormenta no avisa cuando va a venir.
Un buen amor de invierno irradia calor, pero si no logra calentar lo suficiente, no improvisa. Tiene muchas frazadas, guantes y medias de lana. No deja que el frío te congele las ideas, mucho menos el corazón.
El amor de invierno gusta de quedarse en casa, abrazándote esperanzado. Espera, es paciente. Y mientras lo hace prepara chocolate caliente y te entibia las manos, el cuerpo y el alma.
Un amor de invierno es el amor que yo quiero. Intenso.
Porque se sabe que si soporta fríos polares e implacables tormentas, bien puede vivir tranquilo y feliz la primavera, el otoño y el verano.
Igual...sé que un amor de invierno no es sencillo de encontrar, los que abundan son los amores de verano.
hasta que lei esto no sabía que lo que andaba buscando era un amor de invierno. Lindo, muy lindo
ResponderEliminar